martes, diciembre 01, 2009

Didactica para maestros

La didáctica comprende todo el entramado
pedagógico que incluye planeación,
evaluación y estrategias de enseñanzaaprendizaje.
Está vinculada al currículo y se
refiere a las técnicas que un profesor puede
utilizar para la formación de un repertorio o habilidad
en otra persona con cierto nivel de base
de conocimiento, habilidades o competencias
para el aprendizaje de uno o varios objetivos.
Aunque debería el currículo ser la pieza conceptual
definidora de los modos de actuación
en el aula a través de objetivos, materiales y
dinámicas grupales, ésta resulta solo una guía,
pues los programas de materias permiten “libertad
de cátedra”, o sea un rango de dinamismo
y posibilidades para ajustar la estrategia de
construcción de conocimiento a las características
de la audiencia (Díaz Barriga, 1990).
Por esto, la selección de “una didáctica”
para promover una relación adecuada con los
otros y permitir el libre tránsito de los saberes
requiere de un diseño, planeación y desarrollo
que implica un esquema que describe las posibles
interacciones y procesos que concluyen con
un objetivo de conocimientos, actitud, cambio
comportamental, habilidad, competencia o estilo
(Estévez, 2002).
En educación básica, el sistema educativo en
México delimita un currículo y propone algunos
esquemas didácticos que podrían utilizarse,
pero insiste en la necesidad de formular el diseño
de aprendizaje a las necesidades pedagógicas
del educando. Sin embargo, muchos
profesores llevan a cabo el ajuste a sus necesidades
temporales, físicas, infraestructurales, diversidad
de estrategias o procedimientos
didácticos. Terminan ofreciendo lo que pueden,
pero lejano de lo que el alumno requiere para
la obtención de un legado transgeneracional
de interpretaciones y representaciones psicosociales
e histórico-culturales (Prawda, 1989).
Si cada uno de nosotros partiera de un compromiso
ético con su profesión y creyera realmente
que su responsabilidad es la de asistirse
de un modelo de formación para construir un
conjunto de habilidades académicas, cívicas y
sociales en diferentes niveles de complejidad,
que han sido desarrolladas y seleccionadas no
sólo por el ejercicio de la voluntad política
colectiva sino por nuestra propia conciencia
y capacidad intelectual, deberá detenerse en
el primer paso del modelo y reflexionar sobre
la intencionalidad del Estado al seleccionar un
tipo de habilidades, nuestra responsabilidad
al repetirlos y la necesidad de darle al estudiante
la posibilidad de participar en la selección
de los objetivos, contenidos y estrategias
(Mattos, 1985).
El problema de los valores implicados en
el acto de enseñar tiene dos vertientes, el del
Modelos didácticos
para maestros
Centro de Investigación en
Alimentación y Desarrollo, A. C.
A n á l i Asnálisiis s
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Análisis
modelo educativo nacional que el maestro adopta a veces
de manera irreflexiva y el de la axiología que subyace a la situación
enseñanza-aprendizaje.
El estilo de enseñanza del profesor y en pocas ocasiones el de
aprendizaje del alumno determina esta red axiológica que funciona
como disposicional, facilitando o inhibiendo los procesos
escolares. Siempre serán los estilos democráticos, liberales y consensuados
por las partes aquellos que promoverán aprendizajes
consolidados, armónicos y significativos.
El segundo tipo de valores se relaciona con el eje de la disciplina,
su desarrollo teórico y tecnológico. Se trata del respeto al
área de habilidades que serán trasferidas al alumno y para lo cual,
el maestro requiere el dominio y la especialidad.
Así pues, el modelo didáctico precisa de un componente ético
que relaciona el compromiso del maestro con los valores civiles
y democráticos de una nación y por otro lado, el dominio pleno
de un área de conocimiento que le permita dirigir el proceso de
enseñanza bajo un espíritu de respeto y dignidad por los demás
ciudadanos, usuarios de bienes y servicios de los primeros.
En segundo plano, se deben tomar decisiones sobre los
compromisos epistemológicos del modelo, comprendiendo las
dimensiones del aprendizaje, contenidos y objetivos. Esto es,
se requiere decidir cuáles serán los presupuestos de los que se
partirá para seleccionar o privilegiar ciertos contenidos sobre
otros y resolver el problema de su selección en términos de las
líneas basales de los aprendices; o sea, se requiere un compromiso
epistemológico con una serie de contenidos disciplinares
que reubiquen al maestro en un entorno conceptual, objetivando
su subjetivismo en la defensa y compromiso con una
posición teórica.
El compromiso epistemológico deriva de un campo de conocimiento
y/o aplicación que en una vinculación horizontal y vertical
define el desarrollo curricular que procede de una política
educativa construida desde una visión histórica e ideológica que
justifica un Estado-Nación. El vehículo para el establecimiento
de habilidades de lecto-escritura, matemáticas, geografía, civismo,
historia, no responde a procesos descuidados y aleatorios, sino a
construcciones sociales que reproducen y justifican una estrategia
de control y moldean un tipo de personalidad y formas particulares
de actuación y entendimiento del Estado, gobernabilidad
y ciudadanía. Esta racionalidad le confiere gran importancia al
compromiso epistemológico al momento de decidir en el esquema
didáctico los contenidos, objetivos y materiales.
Modelos didácticos para maestros
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Modelos didácticos para maestros Análisis
El siguiente nivel es el de la estética, y se hace evidente
cuando es necesario vincular una posición axiológica con
una epistemológica en el escenario operativo instrumental
del aula. Implica organizar objetivos y contenidos y seleccionar
estrategias didácticas en un ambiente de armonía y
ritmo, como una nota sinfónica que entona en un contexto
de integración y evolución, en el cual, el maestro se convierte
en conductor, en director, que guía un proceso, en
el sentido de facilitar procesos cognitivos para la construcción
de complejas habilidades y competencias. Una danza
armónica en las que adquieren sentido el objeto de conocimiento,
los valores subyacentes y la idiosincrasia del
maestro, para darle al escenario aúlico un toque de virtuosismo,
provocando la participación, la asistencia, alegría
y deseo por el saber.
La estética en el arte de la didáctica solo es posible en
un espíritu de entrega y libertad de acción que permita al
maestro traer a escena una multiplicidad de posibilidades
de enseñanza en donde la igualdad de oportunidades y el
respeto a la diversidad sean los ejes de una actividad cooperativa,
interactiva y democrática que dé cuenta, como
una muestra, de los grandes procesos civilizatorios de
la humanidad.
Como en todo arte, la estética es una suerte de composición,
de integración y síntesis, de reconocimiento e
identidad, de reconciliación y separación, y cada maestro,
en un mundo lleno de clases, prepara a diario su propio
canto, su poema pedagógico, contribuyendo humildemente
a la construcción de un mundo más justo y libre.
Aprender a transitar de un sistema de selección axiológico,
que delimita la ética de una sociedad sobre el tipo de
sujeto que debe y quiere formar, a otro nivel de tipo estético,
a través de un proceso de decisiones epistemológicas
disciplinarias, no sólo de una preparación formal en las
técnicas didácticas que pueden desarrollarse en el salón de
clase, sino de un sentido de ubicación histórico-cultural,
de un deber con la sociedad y un sentido de humildad que
hace posible avanzar sin atropellar, opacar o desplazar,
plenamente convencido que la perseverancia y la tenacidad
de la especie humana hicieron posible trascender a
los dinosaurios y primates para ubicarse como milagro
de la creación, gracias a que su inteligencia es acumulativa,
creativa y transferible de generación en generación.
Referencias
Díaz-Barriga, F. (1990). Metodología de diseño curricular para educación superior. México: Trillas.
Estévez-Nénninger, E. H. (2002). Enseñar a aprender (estrategias cognitivas). México: Paidós.
Mattos, L. A. (1985). Compendio de didáctica general. México: Kapeluz.
Prawda, J. (1989). Logros, inequidades y retos del sistema educativo mexicano. México: Grijalbo.

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