Es ya lugar común insistir en que no es lo mismo saber de una disciplina, que enseñarla.
Y podríamos añadir que tampoco tiene el mismo calado mostrar una materia, sin más, que transmitirla anudándola a los esquemas cognitivos y afectivos del alumno.
Así, la enseñanza eficaz va soldando en red conocimientos, habilidades y sentires que no generan únicamente saber etéreo, sino que cristalizan en competencias con distintos alcances.
Hoy en día, aprender a aprender, como macrocompetencia, se sitúa en una posición preferente ante la caducidad rápida de muchas adquisiciones en una sociedad líquida, que como señala Zygmunt Bauman , lo único que permanece estable es el cambio.
Ello nos obliga a aprender a lo largo y ancho de toda la vida.
Pero también, de manera firme, a engrasar y acomodar la maquinaria de aprender, principalmente, en los niveles de escolaridad obligatoria, solidificando conocimientos y estirando capacidades que sirvan de cimiento para otras venideras, de la mano de maestros y maestras cualificados.
La didáctica, arte y ciencia de la enseñanza es materia obligada para el maestro, pues desentraña, entre otros asuntos, los mecanismos y condiciones relacionadas con el diseño, desarrollo y evaluación del currículo, como vehículo para el desarrollo integral de competencias en los alumnos.
Conceptos como didáctica y aprendizaje, la figura del profesor pasa a ser el protagonista desde diversos ángulos de análisis.
El desarrollo personal y profesional, la práctica docente, los procesos de programación, evaluación y la labor imprescindible de la investigación.
Seguidamente, el foco de atención se centra en el currículo, recorriendo las distintas etapas del Bachillerato
Otros asuntos transversales, como la utilización educativa de las TIC, la dinámica y organización del aula, las transferencias de actitudes y motivaciones en el aula o el reto de potenciar mentes creativas ante los nuevos desafíos de la sociedad de la información cierran el circulo educativo.
Por ello, nos encontramos ante un trabajo de enorme relieve pedagógico, que nos introduce e invita a profundizar en el estudio de la didáctica, llenando un hueco decisivo en la formación universitaria de los maestros y profesores.
los nuevos planes de estudio de educación resultarán más llevaderos, con la ayuda de la didactica, de forma clara y rigurosa cómo aprender a enseñar y cómo enseñar a aprender, cara y cruz del aprendizaje permanente del maestro.
Gregorio Pérez Bonet
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